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Tenía pensado empezar diferente...

Tenía pensado empezar este blog personal de manera muy diferente y me alegro profundamente de que no haya sido así. 


Hoy hemos asistido a unas nuevas elecciones democráticas en nuestro país. Unas de las elecciones más importantes(todas las elecciones son importantes, dirán otros) de la historia de España. He de reconocer que tenía un pensamiento más pesimista del que tengo en este momento en el que escribo esta entrada. Voy a explicar brevemente los sentimientos que tenía para terminar haciendo una radiografía de la situación socio-política que nos dejan los resultados de estas elecciones en España. 


El primer motivo de mi pesimismo, y el más importante, es que todo hacía indicar un resultado totalmente diferente al que hemos obtenido este 23 de Julio. Para la gran mayoría de los medios de comunicación y sus respectivas empresas demoscópicas, daban como claro ganador al bloque que iban a formar la suma de la fuerza de derecha y la ultraderecha de este país. No ha ocurrido esto. 


Antes de seguir, ¿por qué hablo de los medios de comunicación y sus respectivas empresas demoscópicas? No es ningún secreto que, aquí, todo el mundo habla de lo que le interesa. 


Lo dice el propio cuñao de turno en cualquier barra de bar o en cualquier grupo de WhatsApp. Cada uno impone el discurso que cree conveniente. No seamos ingenuos, si esto se da a pequeña escala, no podemos imaginarnos a nivel de los grandes medios de comunicación. En Ciencia Política, de las primeras cosas que se aprenden en clase, es que las encuestas no son representaciones de opinión, si no creadoras de opinión


Lo cierto es que, de todas las encuestas que han ido pronosticando la clara victoria del señor Feijóo, solo unas pocas han aportado los datos con los que se han hecho dichas encuestas. 

Y para poner nombres a dichos grupos de comunicación, más concretamente, han sido las empresas demoscópicas de Cadena Ser y Grupo Prisa, junto el CIS de Tezanos, las únicas que han aportado estos datos. ¿Se pueden llegar a imaginar que compran un producto en el supermercado y no lleva etiqueta con los ingredientes y demás información? Pues lo mismo. 


Todas las encuestas mostraban una horquilla que llevaba a los 150 escaños para el PP excepto una, la del CIS. Ojo, con esto no digo que el apodado CIS de Tezanos no sea una herramienta para crear opinión, pero ciertamente es el que más se ha ajustado a la realidad. ¿Aún no han reparado en qué medios no han facilitado los datos internos de las encuestas? Se lo digo yo: los medios conservadores de este país.


Esto es una realidad que no sólo pasa en nuestro país. Como muchas costumbres, y esta no iba a ser menos, la hemos adoptado del modelo americano, donde la polarización de los medios llega a niveles que el menos entendido puede llegar a apreciar. Con esto no quiero decir que esté bien, sólo reflejo, como ya he dicho, una realidad.


Se pueden sacar varias lecturas sobre lo que ha pasado esta noche electoral, podemos hablar del efecto de movilización de la izquierda, o del lado más progresista de nuestra sociedad, por el miedo a un gobierno acompañado de la ultraderecha; podemos hablar de que ese aupamiento público que ha obtenido de los medios de comunicación generalizados la derecha, ha hecho que se durmiera el electorado. No poseo los datos suficientes para saberlo pero sí que podemos sacar una lectura en claro: España tiene una sociedad progresista. Sí, lo digo. España es un país progresista. Más allá de las encuestas, más allá de los medios de comunicación, más allá incluso de Twitter(que ya es decir). Más allá de todo eso, somos una sociedad políticamente progresista y, pese a mi pesimismo previo, estoy contento por, una vez más, comprobarlo. 


Y no, no se me ha olvidado el segundo motivo al que, al empezar, me he referido. Como politólogo, siento que he fallado. No diré que soy un gran entendido de esto, ni siquiera esto le debe importar a nadie, pero sí que no debía de tener este sentimiento tan pesimista. He visto a grandes politólogos que suelen salir en tertulias de reconocido prestigio creer en este discurso que se había plasmado. Incluso parecía poco menos que de ingenuo pensar en que habría alguna posibilidad de soñar con la remontada de la izquierda porque, a pesar de que no hace mucho yo ya pensaba en que habría partido en estas elecciones, había interiorizado ese sentimiento de derrota. Como analistas, no puede volver a pasar esto.


Ahora vamos al meollo de la situación. Hemos hablado sobre la no-victoria del bloque conservador, hemos hablado de que la izquierda de este país ha salido a votar pero, ¿qué escenario nos deja esto? Empate casi técnico de ambos bloques. El bloque conservador formado por PP y Vox, no alcanza la mayoría absoluta para gobernar este país; pero el bloque progresista tampoco. Con este escenario, solo podemos apelar a la recuperación, a la segunda vuelta, en la que basta con tener más “Síes” que “Noes”. Las matemáticas, junto con algo de lógica, nos lleva a pensar que podría haber una reedición de un gobierno progresista con el apoyo de investidura de los nacionalistas vascos y catalanes. Pero, ¿qué pasa si Junts Per Catalunya vota en contra? No habría gobierno y nos veríamos abocados a unas segundas elecciones. La pregunta es, ¿querrán los independentistas catalanes votar junto con el PP del 155? ¿Qué coste político tendrá para ellos votar con la ultraderecha española? Solo los intereses propios de los partidos nos lo demostrarán.


Para acabar, empezaba este post diciendo que me alegraba profundamente de no empezar como tenía pensado y voy a terminarlo como deseaba realmente. Hoy ha ganado la democracia y el progreso. 

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